El arte de las manos.

Mi mano busca,
en la oscuridad de un teatro,
a su compañera,
para aplaudir el derroche de arte
sobre unas tablas
que tantos y tantos han pisado.

Después vuelvo a la calma
del calor de tus palmas
y al abrigo de tus dedos
entrelazados,
donde el arte no cesa,
avanza.

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