Maldición.

Que se despierte el aire huracanado
y se extiendan las tormentas
por los rincones del verano,
que las verdes praderas
se tiñan de morado,
que las hijas del viento
se acomoden en los llanos,
que mueran los náufragos
y sus brújulas,
que llegue el infierno a la tierra
si no paras a mi lado.

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